viernes, octubre 30, 2009

A ver... Con manzanitas



Es tan fácil usar un equipo de cómputo que cualquiera puede hacerlo. Desgraciadamente algunas personas que superan los conocimientos del usuario promedio y tienen cierta facilidad para navegar en Internet creen poder ir más allá y se hacen llamar a si mismos hackers.
Bajan programas de la red que sirven para entrar en cuentas de correo electrónico, buscar contraseñas para acceder a páginas cuyo contenido no es gratuito (casi siempre pornográfico), y se estereotipan muchas veces en la pose clásica de usar lentes, cabello largo y por lo general, son retraídos con la gente que los rodea.
No saben que para obtener el título de hacker (si es que se le puede llamar así) hay que saber mucho más que un par de trucos.
Conocimientos de programación, práctica, y mucho sueño perdido en lecturas y estudios son necesarios para poder pertenecer a este selecto grupo de personas, que intentan llegar más allá de lo que los “simples mortales” ven a través de su monitor.
Sería conveniente que los mismos hackers hagan una advertencia al estilo televisivo, (ya saben, algo como: “niños, no intenten esto en casa” o “Este es un trabajo realizado por profesionales, no intenten hacerlo”) para que quede bien claro que su labor no es un simple juego (aunque ellos mismos lo vean así.)
El hecho de entrar a la red y pasar horas enteras en busca de algo (cualquier cosa) que sirva para lograr que el acceso a los contenidos de Internet sea gratuito es su única recompensa.
Los verdaderos hackers no buscan reconocimiento para ellos sino para los usuarios que revisan sus correos electrónicos de forma inocente, inconscientes de los peligros que hay para ellos y sus equipos de cómputo.
Son los defensores de aquellos que (cómo dice Cindy Lauper) sólo quieren divertirse, buscar información para sus tareas escolares o romper la rutina de todos los días con el disfrute de una buena película vista en las pantallas de sus computadoras.
Son los protectores de los desvalidos. Con ingenio y astucia rompen las reglas del ciberespacio para deleite de aquellos que no saben cómo hacerlo. Algunos los llaman insurrectos, cuando simplemente son, por denominarlos de forma coloquial, los rebeldes con causa de la red.